El agua tiene increíbles beneficios para la piel. Internamente, eso es. Externamente, no tanto.
Pensarías que al poner agua en tu piel la estarías hidratando. Sin duda, es algo que nos han enseñado desde pequeños: lávate la cara con abundante jabón y agua caliente. Lo que ahora estamos aprendiendo es que ocurre lo contrario. Si bien el jabón en barra es suficientemente malo, ya que reseca la piel con sus detergentes y productos químicos, el agua por sí sola también puede ser dañina.
Estos son los hechos simples: cuando el agua que entra en contacto con la piel, se evapora rápidamente y se lleva muchos de los aceites naturales de la piel llamados factor de hidratación natural (NMF). Cuanto más frecuentemente se lave la piel de esta manera, más seca se puede volver, especialmente si el agua está muy clorada o excesivamente caliente.
Evite la piel seca limitando su exposición al agua
El agua es solo una de las muchas cosas que pueden causar piel seca y escamosa pero, a diferencia del jabón, es bastante inevitable en nuestra vida diaria. Nos duchamos, nadamos y usamos cosas como saunas y jacuzzis donde puede haber mucho cloro. Pero eso no significa que no podamos ser "inteligentes con el agua" cuando se trata de nuestra propia rutina diaria de cuidado de la piel.
Aquí hay algunos consejos que siempre debe tener en cuenta:
- La temperatura del agua debe ser tibia. Tan maravilloso es tomar una buena ducha caliente en una noche fría de invierno, el agua caliente elimina el NMF de la piel de manera aún más efectiva que el agua tibia. "Tibio" no significa "frío". Sin duda, debe hacer que la temperatura del agua sea agradable, pero en el momento en que su piel comienza a ponerse roja, probablemente se esté exagerando.
- Mantenga las duchas breves y dulces. Las duchas largas y calientes transforman nuestros baños en una experiencia virtual similar a un spa, y eso puede parecer algo bueno, ya que está destinado a "abrir y limpiar nuestros poros", ¿verdad? Incorrecto. Las duchas prolongadas hacen poco más para socavar el NMF de la piel, eliminando sus humectantes naturales y haciéndola más seca. Lávese lo suficiente para limpiar su piel.
- Usa jabón de manera estratégica. A menos que literalmente tengas suciedad y mugre, no necesitas usar jabón cada vez que te duchas. Está perfectamente bien confinarnos el jabón a aquellas partes de su cuerpo, como las axilas y los genitales, donde hay muchas bacterias. Cuando se trata del resto de su cuerpo, tenga en cuenta que la mayoría de los jabones en barra contienen detergentes e ingredientes que son francamente dañinos. Para tratar su piel con suavidad, considere cambiar a un jabón formulado para piel seca o un gel de baño líquido que contenga muchos emolientes.
- Seque la piel con palmaditas. Cuando se seque después de ducharse o nadar, seque la piel con una toalla hasta que no gotee. No se recomienda frotar vigorosamente, como si estuvieras tratando de exfoliarlo.
- Hidrata, humecta y humecta más. ¿Alguna vez tu piel tiene esa sensación de sequedad y tirantez después de tomar una ducha? Si es así, probablemente necesite cambiar su limpiador. Al mismo tiempo, la ducha por sí sola puede deshidratar la piel, así que después de secarte la piel con palmaditas, aplícate inmediatamente un buen humectante para retener la hidratación.
La piel seca puede afectarnos durante cualquier época del año, pero es particularmente común durante los meses de invierno, cuando las temperaturas bajan y la humedad se desploma. Tenga en cuenta estas pautas de "agua inteligente", sea cual sea la temporada, para mantener su piel en las mejores condiciones posibles.