La paroniquia es una infección de la capa de piel que rodea la uña (conocida como perioniquio). Es la infección de manos más común en los Estados Unidos y se observa con frecuencia en niños como resultado de morderse las uñas y chuparse los dedos.
La afección se puede clasificar como aguda (que progresa rápidamente con una duración corta) o crónica (en curso y persistente), según la cantidad de tiempo que ha estado presente la infección.
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Causas
Tanto la paroniquia aguda como la crónica comienzan con la penetración de la capa externa de piel llamada epidermis.
La paroniquia aguda suele ser el resultado de un traumatismo directo en la piel, como un corte, un padrastro o una uña encarnada. Las bacterias son la causa más común de infección, predominantemente Staphylococcus aureus, pero también ciertas cepas de las bacterias Streptococcus y Pseudomonas.
Mientras tanto, la paroniquia crónica es causada con mayor frecuencia por la exposición repetida a detergentes que contienen agua, álcalis u otros irritantes. Puede provocar hinchazón y deterioro gradual de la capa epidérmica. La mayoría de las infecciones crónicas son causadas por el hongo Candida albicans (levadura) y otros agentes fúngicos.
Apariencia
La paroniquia aguda comienza como una inflamación dolorosa, cálida y enrojecida de la piel alrededor de la uña. Con el tiempo, la acumulación de pus puede separar la piel de la uña. En casos más graves, los ganglios linfáticos del codo y la axila pueden hincharse y la uña puede decolorarse.
En la paroniquia crónica, el enrojecimiento y la sensibilidad suelen ser menos notorios. La piel alrededor de la uña a menudo se ve holgada y la cutícula puede separarse del lecho ungueal. La uña a menudo se vuelve más gruesa y decolorada con estrías horizontales pronunciadas en la superficie. La decoloración verde puede ocurrir en casos de infección por Pseudomonas.
Diagnóstico
La paroniquia aguda generalmente se diagnostica basándose en una revisión de los síntomas clínicos. Si supura pus, su proveedor de atención médica puede hacer una incisión para drenarlo.
En casos graves, pueden cultivar bacterias del pus drenado para hacer un diagnóstico definitivo. Por lo general, esto no es necesario porque la bacteria suele ser del tipo Staphylococcus o Streptococcus, y ambos se tratan de manera similar.
La paroniquia crónica tiende a ser más difícil de diagnosticar. Una prueba de hidróxido de potasio (KOH), con un frotis que se extrae del pliegue de la uña, a veces confirma una infección por hongos. Si hay pus involucrado, un cultivo puede confirmar la presencia de hongos u otros agentes infecciosos menos comunes.
Tratamiento
Para una infección aguda, remojar la uña en agua tibia tres o cuatro veces al día puede promover el drenaje y aliviar parte del dolor. Algunos proveedores de atención médica recomiendan un baño de ácido acético, usando una parte de agua tibia y una parte de vinagre.
Si tiene pus o un absceso, es posible que sea necesario hacer una incisión y drenar la infección. En algunos casos, es posible que sea necesario extraer una parte de la uña.
La paroniquia asociada a bacterias se trata con mayor frecuencia con antibióticos como cefalexina o dicloxacilina. Los antibióticos tópicos o los ungüentos antibacterianos no se consideran un tratamiento eficaz.
La paroniquia crónica generalmente se trata con un medicamento antimicótico tópico como la crema de ketoconazol. Además, se puede usar un esteroide tópico suave para ayudar a reducir la inflamación. (Los esteroides nunca deben usarse solos, ya que no tratan la infección subyacente).
Algunas personas tienden a tener infecciones paroniquiales más extensas y es posible que deban tratarse con un ciclo prolongado de antibióticos, incluidos aquellos con:
- Un sistema inmunológico comprometido, como el del VIH
- Uso prolongado de corticosteroides
- Diabetes
- Enfermedad autoinmune, incluida la psoriasis y el lupus.
- Mala circulación en brazos o piernas
Prevención
Tiene varias opciones para reducir el riesgo o la gravedad de una infección paroniquial.
- No se muerda las uñas ni se las corte demasiado.
- Nunca muerda ni corte las cutículas.
- Asegúrese de que su manicurista utilice siempre instrumentos esterilizados.
- Trate de no chuparse los dedos.
- Use guantes impermeables cuando sumerja sus manos en detergentes, líquidos de limpieza o productos químicos fuertes.
- Evite sumergir sus manos en agua durante períodos prolongados de tiempo (o, nuevamente, use guantes impermeables).
- Para cortes y raspaduras, lávese las manos con un limpiador antibacteriano y venda, si es necesario.
- Séquese bien los pies si los sumerge durante largos períodos de tiempo en agua sucia o agua que contenga detergente o productos químicos.
- Cámbiese los calcetines con regularidad y use talco para pies de venta libre si sus pies son propensos a la sudoración o la humedad excesiva.