Limpiarse bien y lavarse las manos después de una evacuación intestinal son las dos formas más importantes de prevenir el mal olor y la propagación de bacterias patógenas (causantes de enfermedades).
Lavarse las manos también es una parte vital de la higiene del baño, cuya práctica puede prevenir la transmisión de organismos infecciosos, como la hepatitis A. Y, a pesar de lo que algunos puedan decirle, existe una forma incorrecta y correcta de lavarse las manos.
Para las personas que tienen deposiciones sólidas, esto significará limpiarse con papel higiénico. Otros pueden necesitar formas alternativas de limpiar el ano y el recto, incluido un bidé, una jeringa o toallitas húmedas. Esto podría deberse a dolor rectal, lesión (como fisuras anales), cirugía o hemorroides.
La forma correcta de limpiar
Después de defecar cómodamente, recuerde siempre limpiarse de adelante hacia atrás, evitando cualquier contacto de piel a piel con las heces. Simplemente coloque la mano detrás de la espalda y entre las piernas, usando abundante papel higiénico arrugado o doblado, y limpie hacia atrás desde el perineo (el espacio entre los genitales y el ano) hacia y más allá del ano.
Use fajos de papel higiénico adicionales según sea necesario hasta que el papel esté casi limpio. Nunca frote el área perianal (la piel alrededor del ano) ya que esto puede causar microdesgarros en los que pueden ingresar bacterias.
Las personas que no pueden alcanzar detrás de la espalda (debido al peso, una lesión o artritis) pueden hacerlo entre las piernas siempre que se limpien de adelante hacia atrás, no de atrás hacia adelante.
Limpiarse de adelante hacia atrás es especialmente importante para las mujeres, ya que esto evita que la materia fecal ingrese a la uretra (la abertura por donde sale la orina del cuerpo). La exposición accidental a la materia fecal es una de las principales causas de infecciones del tracto urinario en las mujeres.
Si ocurre la exposición, enjuague suavemente el área uretral con agua fría. Sin embargo, no rocíe con una manguera o ducha fuerte, ya que esto puede forzar a los microbios a subir más por la uretra. Asegúrese de beber muchos líquidos durante los próximos días para ayudar a eliminar las bacterias restantes del tracto urinario.
Cómo lavarse las manos
Una vez que se haya limpiado bien y enjuagado, lávese las manos con abundante agua y jabón. Los lavados de manos antimicrobianos son útiles pero no necesarios.
Para lavarse las manos correctamente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan los siguientes pasos:
- Mójese las manos con agua corriente limpia y aplique jabón.
- Enjabónese frotándose las manos con el jabón. Haga espuma con el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas y las palmas.
- Frote durante al menos 20 segundos. Una forma fácil de medir el tiempo es tararear la canción "Feliz cumpleaños" dos veces de principio a fin.
- Enjuágate bien las manos con agua corriente limpia.
- Séquese las manos con una toalla limpia o déjelas secar al aire.
Al limpiar
Cuando la diarrea es persistente o severa, mantener el ano limpio puede ser difícil, especialmente si está dolorido y enrojecido. En tales casos, puede utilizar toallitas húmedas para bebés o toallitas húmedas que sean más suaves para la piel. Alternativamente, el papel higiénico húmedo o una toallita húmeda generalmente pueden hacer el
Si incluso la limpieza suave causa molestias, intente usar una jeringa de bola (que puede comprar en la mayoría de las farmacias) para limpiar el área. Otros optan por usar un bidé o una ducha de mano para enjuagar los residuos fecales de la piel. El agua fría a tibia puede ser especialmente relajante.
Si experimenta dolor rectal continuo entre las deposiciones, intente sumergirse en una tina tibia. Puede agregar sal de Epsom y avena coloidal, los cuales pueden ayudar a reducir la inflamación. Sin embargo, evite los baños calientes, ya que pueden secar la piel y empeorar el dolor y la picazón.
Cuando termine, frote el área perianal con un paño suave y deje secar al aire. Aplique un poco de crema protectora sin fragancia para ayudar a retener la humedad.
Tratar la irritación anal
Limpiarse demasiado o con demasiada fuerza puede provocar picazón anal, una condición también conocida como prurito anal. El prurito anal es esencialmente una respuesta inflamatoria causada cuando los tejidos perianales delicados han sido sometidos a estrés o comprometidos.
Además del enrojecimiento y la hinchazón (causados por las dilataciones de los capilares justo debajo de la superficie de la piel), el prurito anal se caracteriza por un picor persistente y, a veces, implacable. Sentarse por largos períodos de tiempo, usar jabones fuertes o rascarse (conocido como "ciclo de picazón-rascado-picazón") solo puede empeorar las cosas.
Los remedios caseros incluyen cremas protectoras ricas en emolientes, algunas de las cuales contienen aloe vera, vitamina A, vitamina E y otros ingredientes antiinflamatorios. La vaselina también es una buena opción. Refrigerar la crema antes de una aplicación es especialmente calmante.
Evite los jabones perfumados, las lociones, el papel higiénico y las toallitas húmedas, ya que pueden causar irritación. Hasta que los síntomas se resuelvan, también es una buena idea evitar comer chili, curry u otros condimentos picantes.
Los geles o cremas de venta libre que contienen esteroides (como hidrocortisona) solo deben usarse bajo la dirección de un médico.
La picazón persistente acompañada de dolor o sangrado rectal debe ser examinada por un médico. Las causas médicas incluyen infecciones por hongos, hemorroides prolapsadas, psoriasis, fístulas o abscesos, enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y cáncer anal.