Libido es un término utilizado en la teoría psicoanalítica para describir la energía creada por los instintos sexuales y de supervivencia. Según Sigmund Freud, la libido es parte del ello y es la fuerza impulsora de todo comportamiento. Si bien el término "libido" ha adquirido un significado abiertamente sexual en el mundo actual, para Freud representaba toda la energía psíquica y no solo la energía sexual.
Puntos de vista freudianos de la libido
Freud creía que el ello era la única parte de la personalidad presente desde el nacimiento. El id, sugirió, era una reserva de energía primaria inconsciente.
El ello busca el placer y exige la satisfacción inmediata de sus deseos. Es el ello el que sirve como fuente de nuestros deseos e impulsos.
¿Cómo funciona la libido en el id? El ello está controlado por lo que Freud denominó principio del placer. Esencialmente, la identificación trata de dirigir todas las acciones y procesos del cuerpo para lograr la mayor cantidad de placer posible.
Debido a que la identificación es casi completamente inconsciente, la gente ni siquiera es consciente de muchos de estos impulsos.
El ello exige la gratificación inmediata incluso de nuestros impulsos más básicos. Si la identificación se saliera con la suya, tomaría lo que quiera, cuando quiera, sin importar la situación. Evidentemente, esto causaría serios problemas. Nuestros deseos y deseos no siempre son apropiados, y actuar en consecuencia podría tener graves repercusiones.
La influencia del ego
Entonces, ¿qué impide que las personas simplemente actúen según sus instintos y deseos más básicos? El ego es la parte de la personalidad encargada de aprovechar la energía libidinal del ello y asegurarse de que estos impulsos se expresen de manera aceptable. Se rige por el principio de realidad, que se centra en ayudar a la persona a lograr sus objetivos de manera realista y aceptable.
Entonces, mientras que los deseos libidinales del id pueden decirle que tome esa dona del estante de la tienda y comience a comerla de inmediato, el ego reina en este impulso. En cambio, toma las acciones socialmente aceptables de colocar las donas en su carrito, pagarlas en la caja registradora y llevarlas a casa antes de que finalmente ceda a su impulso de comer el sabroso manjar.
El papel del superyó
Añadiendo una complicación adicional a este proceso está el superyó. El superyó es la parte de la personalidad que involucra los ideales y la moral internalizados por los padres, las figuras de autoridad y la sociedad. El yo debe mediar entre las demandas básicas creadas por la libido y los estándares idealistas impuestos por el superyó.
La libido y la fijación
La forma en que se expresa la libido depende de la etapa de desarrollo en la que se encuentra la persona. Según Freud, los niños se desarrollan a través de una serie de etapas psicosexuales. En cada etapa, la libido se centra en un área específica. Cuando se maneja con éxito, el niño pasa a la siguiente etapa de desarrollo y finalmente se convierte en un adulto sano y exitoso.
En algunos casos, el enfoque en la energía libidinal de una persona puede permanecer fijo en una etapa anterior del desarrollo en lo que Freud llamó fijación. Cuando esto sucede, la energía de la libido puede estar demasiado ligada a esta etapa de desarrollo y la persona permanecerá "atascada" en esta etapa hasta que se resuelva el conflicto.
Por ejemplo, la primera etapa de la teoría de Freud del desarrollo psicosexual es la etapa oral. Durante este tiempo, la libido de un niño se centra en la boca, por lo que actividades como comer, chupar y beber son importantes.
Si ocurre una fijación oral, la energía libidinal de un adulto permanecerá enfocada en esta etapa, lo que podría resultar en problemas como morderse las uñas, beber, fumar y otros hábitos.
La energía de la libido es limitada
Freud también creía que cada individuo tenía una cantidad limitada de energía de libido. Debido a que la cantidad de energía disponible es limitada, sugirió que diferentes procesos mentales compiten por lo que está disponible.
Por ejemplo, Freud sugirió que el acto de represión, o mantener los recuerdos fuera de la conciencia, requiere una enorme cantidad de energía psíquica. Cualquier proceso mental que requiera tanta energía para mantenerse tiene un efecto sobre la capacidad de la mente para funcionar normalmente.
El objetivo del psicoanálisis, creía Freud, era traer los impulsos libidinales inconscientes a la conciencia consciente. Al hacerlo, esos impulsos podrían tratarse conscientemente sin depender demasiado de los mecanismos de defensa del ego.
Vistas modernas de la libido
Más allá de sus orígenes freudianos, el término libido se usa con mayor frecuencia en la actualidad en referencia al impulso sexual de una persona. La libido implica más que el simple deseo biológico de tener relaciones sexuales, sino también los factores psicológicos y sociales que contribuyen a la actividad sexual.
El uso moderno del término libido probablemente se deriva del uso original que hizo Freud del término para aplicarlo al deseo sexual. Sin embargo, a medida que Freud continuó desarrollando sus ideas, comenzó a ver la libido como algo más que impulsos sexuales y más como un instinto de vida general que abarca los instintos de supervivencia y otras motivaciones también.
Algunos factores que pueden influir en la libido o el deseo sexual incluyen:
- Las condiciones médicas y de salud también pueden influir en el deseo sexual de una persona. Condiciones médicas como enfermedades, fatiga y medicamentos a menudo pueden reducir la libido. Los trastornos sexuales, incluido el trastorno del impulso sexual hipoactivo y el trastorno de la excitación sexual femenina, también pueden provocar una disminución del impulso libidinal.
- Los factores psicológicos que pueden influir en la libido incluyen el estrés, la personalidad, la edad, el estado civil, el estilo de vida y las experiencias pasadas. Por ejemplo, el abuso y el trauma sexuales pueden afectar la libido. Otros problemas como la imagen corporal, la autoestima y la depresión también pueden hacer que las personas deseen menos el sexo.
- Las hormonas sexuales, incluidas la testosterona y el estrógeno, crean la necesidad biológica de tener relaciones sexuales y ayudan a regular la libido.
- Los problemas sociales como la soledad, las malas relaciones y los problemas de intimidad también pueden reducir la libido.
Aumenta tu libido
La libido baja es un problema común. Las investigaciones sugieren que el 15% de los hombres y casi el 32% de las mujeres experimentan un bajo deseo sexual. Sin embargo, la investigación también ha encontrado que una serie de cambios en el estilo de vida pueden ayudar a aumentar la libido.
Los cambios hormonales relacionados con el control de la natalidad a menudo pueden provocar una disminución de la libido. Analice sus opciones con su médico. En algunos casos, puede ser útil cambiar a un medicamento o método diferente. Otros medicamentos, como los antidepresivos, también pueden afectar su deseo sexual, por lo que puede ser útil verificar sus otros medicamentos.
Compruebe sus niveles de estrés
El estrés excesivo puede afectar su libido, por lo que encontrar formas de relajarse y lidiar con el estrés de manera efectiva puede mejorar el sexo y la intimidad.
Ejercicio
El ejercicio físico tiene muchos beneficios positivos, incluida la mejora del deseo sexual.
Un estudio encontró que breves períodos de ejercicio mejoran la excitación sexual física en mujeres que toman antidepresivos.
Una palabra de Googlawi
El concepto de libido sigue desempeñando un papel importante en el psicoanálisis, pero el término ha adquirido un significado algo diferente en su uso moderno. Hoy, cuando hablamos de la libido, probablemente nos referimos a la idea general del deseo de
Varios factores pueden influir en la libido más allá de las influencias biológicas, incluidos factores psicológicos y sociales. Si le preocupa su libido, considere hablar con su médico o profesional de la salud mental.