La diabetes tipo 3 es un nombre controvertido que a veces se usa para referirse a la enfermedad de Alzheimer, un tipo de demencia progresiva. Se han establecido fuertes vínculos entre las dos condiciones, en particular que la demencia puede ser provocada por un tipo de resistencia a la insulina que ocurre específicamente en el cerebro.
Según la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA), además de la edad avanzada, tener diabetes o prediabetes es el segundo factor de riesgo más grande para la enfermedad de Alzheimer.1 Aunque una pequeña cantidad de investigación encontró un mayor riesgo de demencia con diabetes tipo 1, la gran mayoría de Los estudios han concluido que este vínculo entre la diabetes y el Alzheimer es específico de la diabetes tipo 2.
Sin embargo, la clasificación de la enfermedad de Alzheimer como diabetes tipo 3 es controvertida y muchos en la comunidad médica no están dispuestos a reconocer la diabetes tipo 3 como un diagnóstico médico hasta que se realicen más investigaciones.
Tenga en cuenta que la diabetes tipo 3 no es lo mismo que la diabetes mellitus tipo 3c (también llamada T3cDM o diabetes pancreatogénica), una afección secundaria que puede surgir como resultado de otras enfermedades pancreáticas.
La conexión entre el Alzheimer y la diabetes
Los estudios muestran que el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer entre las personas con diabetes es un 65% más alto que el de las personas sin diabetes.1 Con un vínculo tan fuerte, la investigación se ha centrado en explicar la conexión entre las dos enfermedades.
En la diabetes tipo 1, que es una enfermedad autoinmune, las células que producen insulina, llamadas células beta, son atacadas por el sistema inmunológico del cuerpo, lo que hace que la glucosa se acumule a niveles altos en el torrente sanguíneo.
La diabetes tipo 2 ocurre cuando la insulina se vuelve menos sensible a la glucosa (azúcar) y, por lo tanto, menos eficiente para eliminarla del torrente sanguíneo, lo que permite que se acumule en lugar de ser llevada a las células para ser utilizada como energía.
En la enfermedad de Alzheimer, parece que ocurre un problema similar de resistencia a la insulina, pero en lugar de afectar al cuerpo en su conjunto, los efectos se localizan en el cerebro.
En estudios de los cerebros de las personas después de la muerte, los investigadores han observado que los cerebros de quienes tenían la enfermedad de Alzheimer pero no tenían diabetes tipo 1 o tipo 2 mostraban muchas de las mismas anomalías que los cerebros de las personas con diabetes, incluidos niveles bajos de insulina en el cerebro. brain.2 Fue este hallazgo el que llevó a la teoría de que el Alzheimer es un tipo de diabetes "diabetes tipo 3" específica del cerebro.
En la diabetes, si los niveles de azúcar en sangre de una persona aumentan o bajan demasiado, el cuerpo envía señales obvias del problema: cambios de comportamiento, confusión, convulsiones, etc. En la enfermedad de Alzheimer, sin embargo, en lugar de esas señales agudas, la función y la estructura del cerebro disminuyen gradualmente con el tiempo.
Cuando un grupo de investigadores revisó las colecciones de estudios disponibles sobre la enfermedad de Alzheimer y la función cerebral, notaron que un hallazgo común en la enfermedad de Alzheimer era el deterioro de la capacidad del cerebro para usar y metabolizar la glucosa. Compararon esa disminución con la capacidad cognitiva y notaron que la disminución en el procesamiento de la glucosa coincidió con, o incluso precedió, la disminución cognitiva del deterioro de la memoria, la dificultad para encontrar palabras, los cambios de comportamiento y más.
Además, los científicos determinaron que a medida que empeora el funcionamiento de la insulina en el cerebro, no solo disminuye la capacidad cognitiva, sino que el tamaño y la estructura del cerebro también se deterioran, todo lo cual ocurre normalmente a medida que avanza la enfermedad de Alzheimer.
El término "diabetes tipo 3" se utiliza, por lo tanto, en dos circunstancias: para describir un tipo real de diabetes que solo afecta al cerebro y para describir la progresión de la diabetes tipo 2 a la enfermedad de Alzheimer.
Síntomas de la diabetes tipo 3
Los síntomas de la diabetes tipo 3 son esencialmente los mismos que los síntomas de la demencia temprana, que, según la Asociación de Alzheimer, incluyen: 4
- Dificultad para completar tareas que alguna vez le resultaron familiares, como conducir hasta la tienda de comestibles
- Pérdida de memoria que altera la vida diaria.
- Desafíos en la planificación o resolución de problemas.
- Confusión con el tiempo o el lugar
- Dificultad para comprender imágenes visuales o relaciones espaciales, como dificultad para leer o mantener el equilibrio
- Dificultad para unirse o seguir conversaciones o hablar / escribir
- Perder cosas con frecuencia y no poder volver sobre sus pasos
- Cambios de humor o personalidad
Causas
Durante décadas, los investigadores han intentado determinar la causa específica de la enfermedad de Alzheimer. Algunas investigaciones sugieren que, si bien la diabetes probablemente exacerba y contribuye al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, probablemente no sea la única causa.
Sin embargo, se sabe que las complicaciones de la diabetes pueden afectar la salud del cerebro al: 5
- Aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular, lo que puede provocar daños en los vasos sanguíneos, lo que a su vez puede inhibir el flujo sanguíneo al cerebro y provocar demencia.
- Conduce a un exceso de insulina, que puede alterar la cantidad o el estado de otros neuroquímicos que llegan al cerebro, un desequilibrio que puede conducir a la enfermedad de Alzheimer.
- Dando como resultado un nivel elevado de azúcar en sangre, que conduce a una inflamación que puede dañar las células cerebrales y desencadenar el Alzheimer
Factores de riesgo
El principal factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 3 es tener diabetes tipo 2. Los factores de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2 incluyen: 6
- Antecedentes familiares de diabetes o síndrome metabólico.
- Edad mayor de 45
- Presión arterial alta (hipertensión)
- Exceso de peso corporal u obesidad
- Síndrome de ovario poliquístico (SOP)
- Poca actividad física
Diagnóstico
Aunque no existe una prueba específica para la diabetes tipo 3, los médicos generalmente buscarán signos de Alzheimer y signos de diabetes.
Para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer, un médico:
- Toma un historial médico completo
- Pregunte acerca de sus antecedentes familiares con respecto a la enfermedad de Alzheimer y la demencia.
- Realizar un examen neurológico.
- Administrar pruebas neurofisiológicas
- Recomendar estudios de imágenes, como imágenes por resonancia magnética (IRM), que pueden proporcionar evidencia visual de cómo está funcionando el cerebro, y buscar los grupos de placas amiloides distintivos de una proteína llamada beta-amiloide compatible con la enfermedad de Alzheimer7
Si tiene síntomas de diabetes tipo 2, su médico también puede solicitarle que realice una prueba de glucosa en ayunas o aleatoria y una prueba de hemoglobina A1C (Hb A1C) para ver qué tan bien se está controlando su azúcar en sangre.
Tratamiento
Si le han diagnosticado diabetes tipo 2 y Alzheimer, su médico puede recomendarle un protocolo de tratamiento de la diabetes para ayudarlo a controlar sus niveles de azúcar en sangre.
El tratamiento estándar para la diabetes tipo 2 incluye:
- Modificaciones en el estilo de vida, como pérdida de peso, cambios en la dieta y ejercicio.
- Varias terapias con medicamentos que incluyen sulfonilureas, péptidos similares al glucagón, biguanidas como metformina y otros
- Insulina suplementaria, generalmente se usa solo cuando los cambios en el estilo de vida y otros medicamentos de primera línea no son efectivos
- Monitoreo frecuente del azúcar en sangre y pruebas de Hb A1C
Existe la posibilidad de que los medicamentos para la diabetes, como la metformina y los péptidos similares al glucagón, puedan ser útiles para prevenir la progresión de la enfermedad de Alzheimer.8 En estudios en animales y humanos, estos medicamentos han demostrado que mejoran la sensibilidad a la insulina que pueden proteger contra las anomalías estructurales que se desarrollan Enfermedad de Alzheimer, mejora la capacidad del cerebro para metabolizar la glucosa y demuestra una mejora en el funcionamiento cognitivo en algunos casos.
El tratamiento farmacéutico para la enfermedad de Alzheimer ha resultado difícil de alcanzar.9 Si bien existen varios medicamentos recetados diseñados para tratar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, su eficacia sigue siendo cuestionada.
Muchas personas con Alzheimer tienen niveles bajos de un neurotransmisor llamado acetilcolina. 7 Los medicamentos conocidos como inhibidores de la colinesterasa, por ejemplo, Aricept (donepezil), Razadyne (galantamina) o Exelon (rivastigmina), pueden ayudar a mantener los niveles de acetilcolina en el cerebro.
Se ha demostrado que la namenda (memantina), un antagonista del receptor de NMDA, reduce marginalmente la progresión de la enfermedad y, por lo general, se prescribe junto con un inhibidor de la colinesterasa.
Los síntomas del comportamiento como la depresión, común en la enfermedad de Alzheimer temprana, generalmente se tratan con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) como Prozac (fluoxetina).
Los medicamentos para la enfermedad de Alzheimer generalmente se prueban primero durante ocho semanas y luego se revisan para determinar si hay algún beneficio.
Prevención
Existe un gran cruce entre las medidas que pueden ayudar a prevenir tanto la diabetes como el Alzheimer, como seguir una dieta saludable y aumentar la actividad física.
Para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer específicamente, siga estos cuatro pilares: 9
- Siga una dieta rica en alimentos integrales y baja en alimentos procesados y refinados, y tome un suplemento de alta potencia. Una buena opción es la dieta mediterránea.
- Haga mucho ejercicio físico, idealmente 150 minutos de entrenamiento cardiovascular y de fuerza cada semana y ejercicio mental (leyendo, creando arte, haciendo crucigramas y otras actividades cerebrales.
- Lidiar con el estrés. Las prácticas como el yoga y la meditación pueden ayudar.
- Mejore su bienestar psicológico socializando con otros y brindando servicios en su comunidad.
Numerosos estudios han revelado cómo los cambios en el estilo de vida pueden mejorar el control de la glucosa en personas con diabetes tipo 2. Además de los cuatro pilares anteriores, otras medidas que pueden ayudar a evitar la diabetes incluyen:
- Perder del 5% al 10% de su peso corporal para ayudar a restaurar la sensibilidad a la insulina10
- Dejar de fumar para reducir el estrés en sus órganos11
- Dormir lo suficiente para reducir los efectos del estrés crónico y mejorar la absorción de glucosa12
Una palabra de Verywell
Si tiene diabetes y le preocupa su riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer como resultado, hable de sus preocupaciones con su médico. Es posible que puedan ajustar sus estrategias de tratamiento y manejo para ayudarlo a apuntalar su defensa contra el Alzheimer.