Cualquier persona con alergias y asma puede decirle que estas afecciones están estrechamente relacionadas. Los científicos todavía están desentrañando los mecanismos exactos de este fenómeno, esto es lo que sabemos.
Los síntomas del asma
Se estima que 25 millones de estadounidenses padecen asma, una enfermedad pulmonar crónica que parece ser más común en los niños, pero ocurre en personas de todas las edades. La incidencia tanto de alergias como de asma ha aumentado en todo el mundo en los últimos años. El asma causa inflamación de los bronquiolos, los pequeños conductos que llevan aire a los pulmones. La inflamación y el consiguiente estrechamiento de los bronquiolos provocan los síntomas del asma, que incluyen:
- Toser
- Sibilancias
- Opresión en el pecho
- Respiración dificultosa
Los síntomas del asma están asociados con varios factores desencadenantes. Algunas personas experimentan síntomas solo cuando hacen ejercicio, algunas personas experimentan síntomas cuando se exponen a vapores químicos como la gasolina, otras personas pueden tener asma alérgica. El asma alérgica es lo que algunos profesionales médicos llaman asma que se produce cuando una persona se expone a algo a lo que es alérgico. Esto es lo suficientemente común como para que el asma a menudo sea tratado por un médico especializado llamado alergólogo o inmunólogo. Un inmunólogo se especializa en el tratamiento de alergias. Se estima que el 50% de todos los casos de asma son casos de asma alérgica.
Para comprender la asociación entre alergias y asma, también puede ser útil saber algo sobre la fisiología de una reacción alérgica. Un alérgeno es una sustancia que desencadena una reacción alérgica. En el asma alérgica, el alérgeno generalmente se inhala; los culpables comunes incluyen el polen, los ácaros del polvo, la caspa de las mascotas, el polen y el moho. La mayoría de los cuerpos de las personas considerarían estas sustancias inofensivas, pero para las personas con alergias, su sistema inmunológico las reconoce como una amenaza.
Se activa la respuesta inmunitaria, incluida la liberación de una sustancia llamada histamina. La histamina juega un papel importante en el movimiento de los glóbulos blancos hacia nuestros vasos sanguíneos, pero también causa picazón e hinchazón. La histamina puede contribuir a la inflamación de los bronquiolos en el asma alérgica; Sin embargo, esto es una simplificación excesiva del proceso inmunológico, y los científicos aún están desentrañando los mecanismos exactos detrás del asma alérgica. Está claro que si este proceso inflamatorio continúa, a veces puede causar cambios permanentes en las vías respiratorias. A esto se le llama remodelación de las vías respiratorias. La posibilidad de remodelación de las vías respiratorias hace que el tratamiento adecuado del asma alérgica sea extremadamente importante.
Factores de riesgo
Algunos factores de riesgo se han asociado con el desarrollo de asma alérgica. La presencia de factores de riesgo no garantiza que una persona desarrolle asma alérgica. También es cierto que algunas personas con asma alérgica pueden no tener ninguno de los factores de riesgo asociados. Los factores de riesgo que se han asociado con el asma alérgica pueden incluir:
- Antecedentes familiares de alergias o enfermedades relacionadas con alergias.
- El virus causó una enfermedad respiratoria.
- Obesidad
- Exposición a los ácaros del polvo en el primer año de vida.
- Algunos estudios han sugerido una mayor incidencia de asma en personas que viven en áreas urbanas.
Evitar los alérgenos que desencadenan un ataque de asma es una parte clave del tratamiento del asma alérgica. El uso de corticosteroides inhalados para controlar la inflamación también es una parte importante del tratamiento del asma alérgica. Se pueden administrar medicamentos inhalados adicionales para que los use durante un ataque de asma. La inmunoterapia, o inyecciones para la alergia, es otra opción para tratar el asma alérgica.