El sistema inmunológico o, más específicamente, la respuesta anormal del sistema inmunológico está en el centro de los síntomas respiratorios asociados con el asma.
Cuando se expone a ciertos factores desencadenantes, el sistema inmunológico sobreactúa y libera sustancias químicas en el torrente sanguíneo que hacen que los pulmones funcionen de manera anormal.
Tres características tienden a caracterizar los ataques de asma: 1
- Tensión de los músculos que rodean las vías respiratorias, conocida como broncoconstricción, por la cual entra menos aire en los pulmones.
- Producción excesiva de moco, que obstruye las vías respiratorias.
- Inflamación de las vías respiratorias como resultado de una respuesta inmune anormal.
Estas acciones fisiológicas provocan sibilancias, tos, opresión en el pecho y dificultad para respirar que se experimentan durante un ataque de asma.
Causas de la broncoconstricción
El tamaño normal de las vías respiratorias está regulado por el sistema nervioso autónomo. Esta es la rama del sistema nervioso responsable de los reflejos.
La estimulación de las terminaciones nerviosas (por el polvo, el aire frío u otros factores desencadenantes del asma) puede provocar la liberación de una sustancia química conocida como acetilcolina.
En las personas con asma, la acetilcolina puede actuar sobre las células de los músculos lisos de los pulmones, provocando espasmos bronquiales y sobreproducción de moco.
Causas de la inflamación
La inflamación es causada por un proceso ligeramente diferente. En personas con un sistema inmunológico que funciona normalmente, la aparición de cualquier partícula extraña se encontrará con una célula presentadora de antígeno (APC).
Las APC son células que el cuerpo usa para "verificar" una partícula y determinar si es segura o no. En personas con asma, el APC identificará erróneamente la partícula como una amenaza y se transformará inmediatamente en una célula defensiva llamada TH2.
El papel del TH2 es indicar al sistema inmunológico que se defienda, lo que hace con la inflamación.3 La consecuencia de la inflamación pulmonar en ausencia de enfermedad puede ser profunda, lo que lleva a:
- Agrandamiento de las células mucosas y sobreproducción de moco.
- Engrosamiento de las paredes de las vías respiratorias y restricción del flujo de aire.
- Hiperreactividad de los tejidos de las vías respiratorias, lo que desencadena aún más espasmos.
Si no se tratan, los ataques continuos pueden conducir a la remodelación de las vías respiratorias donde la cicatrización progresiva del tejido pulmonar deja un daño permanente e irreversible.
Prevenir el asma
Si bien el mejor tratamiento para el asma es evitar los desencadenantes del asma, esto no siempre es posible o razonable. Por lo tanto, los medicamentos se recetan comúnmente para controlar los síntomas o evitar los ataques.
Entre las opciones disponibles actualmente: 4
- Los medicamentos de rescate brindan un alivio rápido de los espasmos bronquiales y la restricción respiratoria al relajar los músculos lisos de las vías respiratorias.
- Los esteroides inhalados y orales previenen los síntomas al reprimir la respuesta inmune y reducir
- Los broncodilatadores de acción prolongada se utilizan en combinación con otros medicamentos para proporcionar un mejor control del asma.
- Los anticolinérgicos son medicamentos que brindan alivio al bloquear los receptores de acetilcolina.
Identificar tanto los factores desencadenantes de un ataque como los medicamentos que mejor pueden detenerlos son pasos para lograr un control duradero de los síntomas del asma. Las intervenciones en el estilo de vida también pueden ayudar.
Mantener un peso saludable es importante ya que la obesidad se asocia con una mayor gravedad del asma y un control deficiente del asma.
Además, el ejercicio regular parece tener un efecto protector, especialmente para el asma inducida por el ejercicio. El yoga es una gran opción, ya que se ha demostrado que mejora la calidad de vida y reduce los síntomas del asma.
Finalmente, comer muchas frutas y verduras puede ayudar. Se ha demostrado que los alimentos ricos en fibra y antioxidantes mejoran la función pulmonar y el control del asma, al tiempo que reducen la reactividad y la inflamación de las vías respiratorias.5