Una bullectomía es un procedimiento quirúrgico para extirpar espacios llenos de aire en los pulmones que pueden comprimir el tejido pulmonar sano y causar síntomas como disnea (dificultad para respirar), infecciones repetidas y neumotórax (colapso pulmonar). Las ampollas (a veces llamadas ampollas) pueden ser el resultado de enfermedades pulmonares como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), así como de hábitos de estilo de vida que afectan los pulmones.
La bullectomía se realiza con anestesia general y requiere una corta estadía en el hospital.
Objeto del procedimiento
Las ampollas pueden desarrollarse cuando los alvéolos (pequeños sacos de aire en los pulmones) se dañan, pierden elasticidad y se fusionan (combinan) para formar sacos de aire más grandes.
Existen numerosas razones por las que se pueden producir daños en los sacos de aire. Entre ellos:
- EPOC: enfermedad pulmonar grave, que incluye enfisema, bronquitis crónica y bronquiectasia (un tipo de EPOC en el que las grandes vías respiratorias de los pulmones se dilatan permanentemente)
- Deficiencia de alfa-1-antitripsina (deficiencia de AAT), un trastorno hereditario en el que la falta de una proteína que normalmente produce el hígado conduce a un daño pulmonar progresivo.
- Síndrome del pulmón desaparecido (enfisema ampolloso gigante idiopático), una afección poco común en la que una ampolla gigante se asemeja a un pulmón colapsado cuando se ve en una radiografía1
- Ciertos trastornos del tejido conectivo, incluido el síndrome de Marfan y el síndrome de Ehlers Danlos: según la Fundación Marfan, del 5% al 10% de las personas con esta enfermedad también tienen enfisema.
- Sarcoidosis, una afección inflamatoria en la que se forman masas de células llamadas granulomas dentro de varios órganos del cuerpo, en particular los pulmones.
- Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
- Uso de drogas ilícitas, incluido el abuso de drogas por vía intravenosa (IV) y el tabaquismo de cocaína o marihuana3
Cualquiera que sea la causa, las ampollas de cualquier tamaño, pero especialmente las gigantes, pueden presionar el tejido pulmonar sano adyacente, reduciendo el flujo de sangre y oxígeno en los pulmones.
Además, las ampollas grandes pueden interferir con la contracción del diafragma, lo que reduce el espacio para la expansión normal de los pulmones, lo que reduce la cantidad de aire que se puede inhalar.
Indicaciones
Una bullectomía puede ser necesaria por varias razones:
- Para reducir los síntomas, como disnea, fatiga, intolerancia al ejercicio y dolor.
- Para mejorar la relación FEV1 / FVC, una medida del grado de obstrucción de las vías respiratorias en los pulmones
- Para reducir el riesgo de neumotórax (pulmón colapsado con fuga de aire)
- Para reducir el riesgo de infección.
Sin embargo, antes de considerar una bullectomía, se pueden probar otras medidas para tratar una bulla agrandada. Por ejemplo, para alguien que fuma, dejar el hábito puede ser efectivo.
Las opciones de tratamiento no invasivo incluyen broncodilatadores, glucocorticoides inhalados, vacunas, oxígeno suplementario y / o rehabilitación pulmonar. Si todavía no funcionan, la cirugía suele ser el siguiente curso de acción.
Por el contrario, es más probable que la bullectomía sea segura y eficaz para las personas más jóvenes que tienen:
- Bullas grandes (especialmente si solo son una o pocas) y tejido pulmonar subyacente normal
- Bullas ubicadas en una sola región de los pulmones
- Obstrucción mínima a moderada de las vías respiratorias
Para alguien de este grupo, una bullectomía puede resultar en una mejoría de los síntomas.
Riesgos y contraindicaciones
Al igual que con cualquier procedimiento médico, la bullectomía presenta algunos riesgos potenciales que deben tenerse en cuenta.
- Sangrado
- Infección (como neumonía)
- Ritmo cardíaco anormal (arritmia)
- Ataque cardíaco (infarto de miocardio)
- Insuficiencia respiratoria
- Necesidad prolongada de un ventilador después de la cirugía.
- Fuga de aire prolongada
- Coágulos de sangre (trombosis venosa profunda y émbolos pulmonares)
- Infección en la herida
- Dolor
- Necesidad de una traqueotomía
- Fístula broncopleural (formación de un pasaje anormal entre los bronquios y la cavidad pleural)
Además de estos riesgos, la anestesia general conlleva riesgos adicionales que están separados de los relacionados directamente con el procedimiento.
Es posible que una bullectomía no sea aconsejable para ciertas personas, incluidas las personas mayores y las que tienen:
- Una afección médica importante, como una enfermedad cardíaca grave.
- Bullas pequeñas
- Hipertensión pulmonar (aumento de la presión en las arterias pulmonares)
- Enfisema difuso
- Un FEV1 de menos del 35 al 40%
- Una baja capacidad de difusión según lo determinado por una prueba de DLCO (difusión a través de los pulmones de monóxido de carbono), que mide qué tan bien se transfieren el oxígeno y el dióxido de carbono entre los pulmones y la sangre.
- Hipercapnia (un nivel excesivo de dióxido de carbono en la sangre)
- Cor pulmonale (insuficiencia cardíaca del lado derecho asociada con EPOC)
Antes del procedimiento
Si su médico sospecha que necesita una bullectomía, tomarán un historial cuidadoso, harán un examen físico y realizarán otras pruebas, como:
- Radiografía de pecho
- Tomografía computarizada (TC) de tórax
- Pruebas de función pulmonar.
- Exploración de ventilación / perfusión o exploración VQ
- Angiografía pulmonar
- Gasometría arterial (GA)
- Electrocardiograma (EKG)
- Prueba de esfuerzo cardíaco
Para prepararse para la cirugía, es posible que deba dejar de tomar ciertos medicamentos, como anticoagulantes o aspirina, durante una o dos semanas antes de la bullectomía.
También se le indicará que no coma ni beba nada después de la medianoche del día anterior al procedimiento (o varias horas antes).
Asegúrese de tener claras las instrucciones de su médico y sígalas de cerca.
Durante la Cirugía
El día de la cirugía, se le pedirá que firme un formulario de consentimiento para indicar que comprende el propósito del procedimiento y los posibles efectos secundarios. Una enfermera le colocará una vía intravenosa para que pueda recibir medicamentos y líquidos, y conectará electrodos para controlar su corazón y pulmones.
Cuando esté listo para la cirugía, se le administrará anestesia general y se le colocará un tubo de respiración.
- Toracotomía, en la que se hace una incisión de 4 a 6 pulgadas debajo de la axila, a través de la cual se pueden extirpar manualmente las ampollas.
- Cirugía toracoscópica asistida por video (VATS), un procedimiento en el que se realizan varias incisiones pequeñas en el tórax cerca de la región de las ampollas para que puedan extraerse mediante un toracoscopio e instrumentos especiales que se controlan a través de una pantalla de video.
Una vez que se extraen las ampollas, las incisiones se cerrarán y se cubrirán con un apósito estéril.
El procedimiento de bullectomía promedio toma alrededor de tres horas, pero esto puede variar.
Después de cirugía
Cuando se complete su cirugía, lo controlarán en la sala de recuperación durante unas horas y luego lo trasladarán a una habitación de hospital. Si es necesario dejar colocado el tubo de respiración, se le administrará un sedante para que se sienta cómodo.
Es posible que necesite oxígeno después de que se retire el tubo de respiración. Se dejará un tubo torácico colocado hasta que se resuelva cualquier fuga de aire.
Una bullectomía puede implicar una cantidad significativa de dolor. Para controlarlo, es posible que le administren una bomba de anestesia controlada por el paciente (PCA), un dispositivo que le permitirá presionar un botón a intervalos específicos para recibir una dosis de analgésico intravenoso. Una vez que su dolor esté bien controlado, lo cambiarán a analgésicos orales.
Un terapeuta respiratorio trabajará con usted para ayudarlo a respirar profundamente, y también se le pedirá que se levante y se mueva lo antes posible para reducir el riesgo de coágulos de sangre.
Es probable que las incisiones en su pecho estén cerradas con puntos absorbibles que no necesitarán ser removidos. Sin embargo, será necesario quitar la sutura que sujeta el tubo torácico en su lugar.
Una vez que esto haya sucedido y esté estable, respirando bien y ya no necesite analgésicos intravenosos o un tubo torácico, se le permitirá irse a casa.
La estadía típica en el hospital después de una bullectomía es de dos o tres días.
Recuperación
Sepa que se sentirá adolorido y cansado después de la bullectomía y que será importante que se lo tome con calma mientras su cuerpo se recupera.
Alivio del dolor y cuidado de heridas
Para que pueda lidiar con el dolor después de irse a casa, se le administrarán analgésicos orales e instrucciones detalladas sobre cómo y cuándo tomarlos. Debido a que los analgésicos pueden causar estreñimiento, es probable que le indiquen que beba mucha agua; su médico también puede recomendar un ablandador de heces y / o un laxante.
Es importante mantener las incisiones secas y cubiertas. La mayoría de los cirujanos recomiendan baños de esponja y lavarse el cabello con champú en el fregadero hasta que se quiten los vendajes. Se desaconseja sumergirse en una tina. Si se le permite ducharse, frote ligeramente las incisiones con una toalla en lugar de frotarlas.
Los vendajes a menudo se dejan colocados durante una o dos semanas. Es posible que le indiquen que cambie el suyo por su cuenta o que espere hasta su visita de seguimiento para que un proveedor pueda hacerlo.
Ejercicio y actividades diarias
Querrá aumentar lentamente su actividad. La actividad física moderada puede ayudarlo a recuperarse más rápidamente y reducir su riesgo de complicaciones, como coágulos de sangre. Sin embargo, no debe levantar nada que pese más de 10 libras ni realizar actividades extenuantes durante al menos seis semanas después de la bullectomía.
Muchas personas notan una mejoría en sus síntomas después de la cirugía, especialmente con el ejercicio. Su médico también puede recomendarle que se someta a rehabilitación pulmonar después de la cirugía.
Los médicos difieren en sus recomendaciones sobre la conducción, pero muchos recomiendan esperar dos semanas o más si continúa tomando analgésicos.
Si dejó de fumar antes del procedimiento, continúe absteniéndose. Fumar puede retrasar la cicatrización de las heridas y aumentar el riesgo de complicaciones.
Es mejor no viajar en avión durante al menos tres meses después de una bullectomía debido a cambios de presión en el aire.
Regreso al trabajo
El momento en que se le dé luz verde para regresar al trabajo depende de la discreción de su médico. El tipo de trabajo que realice también será un factor: podrá volver a un trabajo de escritorio mucho más rápido que un trabajo que implique trabajo manual, por ejemplo.
Seguimiento
Es posible que deba acudir para un examen de seguimiento en algún momento poco después de la bullectomía o hasta seis semanas después de la cirugía.
Si presenta alguno de estos síntomas antes de la fecha programada para su cita de seguimiento, llame a su médico:
- Sangrado
- Enrojecimiento, aumento de la sensibilidad o hinchazón alrededor de las incisiones.
- Drenaje de sus incisiones
- Mayor dificultad para respirar (especialmente si aparece de repente)
- Dolor en el pecho
- Dolor o hinchazón en las pantorrillas
- Fiebre (más de 101 grados) o escalofríos
- Signos de una reacción alérgica que incluyen enrojecimiento, hinchazón y dificultad para respirar.
- Dolor que empeora o no se controla bien con analgésicos.
- Tosiendo sangre
Una palabra de Verywell
Si desarrolla ampollas y experimenta los efectos secundarios incómodos y desagradables que a menudo se asocian con estos sacos de aire agrandados, es posible que se requiera una bullectomía. Sin embargo, este procedimiento no curará la afección que causó el desarrollo de ampollas en primer lugar. Si son el resultado de la EPOC o alguna otra enfermedad pulmonar, por ejemplo, necesitará un tratamiento dirigido a controlar esa afección. Como mínimo, someterse a una bullectomía puede aliviar eficazmente muchos de sus síntomas.