Las convulsiones pueden deberse a varios factores desencadenantes. Los episodios similares a convulsiones (pseudoconvulsiones), por otro lado, se asocian comúnmente con una variedad de condiciones psicológicas, incluido el estrés.
¿Qué son las convulsiones?
Las convulsiones son episodios de actividad eléctrica alterada en el cerebro que pueden causar cambios en el comportamiento, el estado de ánimo, los movimientos y el nivel de conciencia.2 Si alguien tiene dos o más convulsiones no provocadas, se le puede diagnosticar epilepsia.3
Cuando se interrumpen las vías de comunicación entre las neuronas (células nerviosas) del cerebro, pueden surgir convulsiones. Una causa común es la epilepsia, aunque se han identificado muchos otros desencadenantes de convulsiones entre ellos, fiebre muy alta, infección cerebral como meningitis, alteraciones electrolíticas (por ejemplo, niveles anormales de sodio en la sangre), uso de ciertas drogas ilegales, abstinencia de alcohol, envenenamiento o mordeduras o picaduras venenosas, y muchos más.1
Ciertos desencadenantes, específicamente la falta de sueño y las luces intermitentes, se pueden usar para los procedimientos de activación durante las pruebas de electroencefalograma (EEG), que rastrean y registran la actividad eléctrica del cerebro. La estimulación fótica (con luz) también se puede utilizar en las pruebas de epilepsia estándar.
Ataques de epilepcia
Aproximadamente tres millones de personas en los Estados Unidos son diagnosticadas con epilepsia.5 Las convulsiones epilépticas ocurren cuando ocurren ciertos patrones de actividad eléctrica anormal en el cerebro.6
Los síntomas de un ataque epiléptico incluyen contracción o sacudidas de los músculos, pérdida del conocimiento, debilidad, ansiedad y mirar fijamente. Algunas personas con epilepsia notan que los cambios en el clima, la exposición a ciertos olores e incluso el estrés pueden actuar como desencadenantes de convulsiones.7
En algunos casos, un episodio de ataques epilépticos se acompaña de un aura convulsiva. Las auras son percepciones distintas que se sienten alrededor del momento en que ocurre una convulsión. Estas percepciones pueden ser auditivas (oír), olfativas (olfativas), visuales, somatosensoriales, gustativas (gustativas), abdominales (similares a sentir náuseas), motoras, autónomas (escalofríos o escalofríos) o psíquicas (por ejemplo, dj vu) .8
Hay varios tipos diferentes de convulsiones. Los que se asocian con mayor frecuencia con la epilepsia son las convulsiones focales o parciales. Las convulsiones focales afectan solo un área o un lado del cerebro.
Hay dos tipos de convulsiones focales: 7
- Las convulsiones de conciencia focal, también llamadas convulsiones parciales focales, pueden durar de unos segundos a un par de minutos y ocurren cuando una persona está despierta y consciente mientras ocurren las convulsiones.
- Las convulsiones de conciencia alterada focal pueden durar uno o dos minutos y alterar la conciencia. A veces, estas convulsiones están precedidas por una convulsión focal consciente.
Las convulsiones epilépticas se pueden diagnosticar mediante un análisis de los registros de EEG, el historial médico, las observaciones físicas y, a veces, la monitorización por video.6
Hechizos psicógenos no epilépticos
Las pseudoconvulsiones, también conocidas como episodios psicógenos no epilépticos (PNES), son eventos que imitan las convulsiones epilépticas, pero no están asociadas con la actividad eléctrica cerebral anormal típica que caracteriza a las convulsiones epilépticas.
Las PNES y las convulsiones epilépticas a veces tienen características similares, como convulsiones y alteraciones en el comportamiento y la conciencia.
Las PNES tienen un origen psicológico y la afección se asocia comúnmente con depresión, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y trastornos de la personalidad. Una historia de abuso sexual o físico también es un factor de riesgo para el desarrollo de PNES10.
El mecanismo psiquiátrico más común asociado con PNES es el trastorno de conversión, que es una condición mental en la que una persona experimenta ceguera, parálisis u otros síntomas neurológicos inexplicables.11
La PNES es más común entre las mujeres adultas. Además, las personas que tienen familiares con epilepsia tienen una mayor probabilidad de desarrollar PNES.12
- La tasa de PNES es muy debatida. Se estima que entre dos y 33 de cada 100.000 personas en los Estados Unidos tienen PNES13.
- Aproximadamente entre el 20% y el 50% de los ingresados en unidades de monitorización de convulsiones para EEG extendidos tienen PNES en lugar de epilepsia13.
Las pseudoconvulsiones no se detectan fácilmente solo con la observación. A menudo, se requieren EEG y monitoreo de video para un diagnóstico definitivo.
Los pacientes con PNES pueden tener anomalías que aparecen en las imágenes cerebrales estructurales, pero estas no están asociadas con los episodios14.
Síntomas, diagnóstico y tratamiento
La monitorización con video-EEG es el procedimiento de diagnóstico estándar para PNES. Esta prueba puede registrar hallazgos clínicos para correlacionarlos con la actividad eléctrica del cerebro. Para una diferenciación adecuada, un episodio típico debe ser registrado, verificado por el paciente o la familia y evaluado14.
Características comunes: 15
- Los eventos de PNES ocurren típicamente cuando el individuo está despierto. A menudo duran más que las convulsiones epilépticas y pueden terminar abruptamente.
- Ciertos movimientos también se observan con más frecuencia en las PNES que en las convulsiones epilépticas, como golpes y empujones pélvicos.
- La ausencia de características motoras y la flacidez corporal prolongada se observan con más frecuencia en casos de PNES que en casos de epilepsia.
La psicoterapia, incluida la terapia cognitivo-conductual, se considera el mejor enfoque para tratar las PNES. No se ha demostrado que los fármacos antiepilépticos (FAE) sean eficaces.13
El papel del estrés
Si bien la evidencia de que el estrés es una causa de convulsiones es inconsistente, el estrés es un factor común en las personas que experimentan pseudoconvulsiones.
El estrés es una sensación percibida de peligro o desafío que un individuo tiene que afrontar. Nuestra respuesta al estrés puede tener componentes psicológicos físicos16.
El estrés no siempre es malo. Óptimo o eustress puede promover la adaptación y el crecimiento. Sin embargo, el estrés abrumador o crónico puede provocar una variedad de problemas. Sentirse estresado puede causar una variedad de reacciones físicas, como malestar estomacal, dolor en el pecho, presión arterial elevada, dolores de cabeza, disfunción sexual y problemas para dormir.16
Una respuesta al estrés, conocida familiarmente como lucha o huida, es apropiada en momentos de urgencia. Sin embargo, el estrés prolongado puede afectar al cuerpo, tanto física como emocionalmente. Pueden surgir problemas como depresión, ataques de pánico, falta de motivación y diversas formas de ansiedad.17
El estrés prolongado y crónico desgasta los mecanismos de defensa naturales del cuerpo y aumenta el riesgo de varios problemas de salud, entre ellos: 16
- Ansiedad
- Depresión
- Problemas digestivos
- Dolores de cabeza
- Cardiopatía
- Insomnio (dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido)
- Aumento de peso
- Deterioro de la memoria y la concentración.
Manejando el estrés
Ya sea que le diagnostiquen convulsiones o PNES, los episodios pueden estar asociados con el estrés. Controlar el estrés es una herramienta importante que se usa en combinación con cualquier tratamiento recetado por su médico.
Aprender a identificar los factores estresantes y a cuidarse física y emocionalmente en períodos estresantes es una parte clave para reducir el estrés.17
Consejos para el manejo del estrés
Las estrategias de manejo del estrés incluyen: 17
- Actividad física
- Practicar técnicas de relajación como el yoga o el tai chi
- Disfrutar de pasatiempos, como leer un libro o escuchar un podcast
- Voluntariado en tu comunidad
- Buscando asesoramiento profesional
Si está lidiando con ansiedad y depresión, su proveedor de atención médica también puede sugerirle medicamentos ansiolíticos (ansiolíticos) o antidepresivos.18
Una palabra de Verywell
El estrés es una parte normal de la vida, pero nos afecta física, emocional, mental y conductualmente. El estrés puede estar asociado con convulsiones, aunque más comúnmente se asocia con pseudoconvulsiones. Si está lidiando con episodios de convulsiones o pseudoconvulsiones, comprender sus factores estresantes y manejar el estrés puede ayudarlo a tratar su afección.
Si está lidiando con estrés y síntomas de convulsiones, programe una visita con su médico para conocer el diagnóstico y el plan de tratamiento que mejor se adapte a sus necesidades.