Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son un grupo de medicamentos cuyo propósito es reducir el ácido del estómago. Se han utilizado para tratar una amplia gama de enfermedades relacionadas con el ácido gástrico durante más de 30 años y se sabe que son seguras y efectivas tanto que han reemplazado en gran medida a los bloqueadores H2 como el fármaco de elección1.
Esto no quiere decir que los PPI no estén exentos de desafíos o limitaciones. Si bien la mayoría de los efectos secundarios son leves y manejables, hay una serie de eventos adversos que pueden ocurrir con el uso prolongado o excesivo. Estos incluyen problemas con la absorción de minerales, cambios en la densidad ósea y un mayor riesgo de ciertas enfermedades crónicas.
Cómo funcionan los inhibidores de la bomba de protones
Los inhibidores de la bomba de protones se usan comúnmente para tratar trastornos como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), úlceras pépticas y esofagitis erosiva.Los médicos pueden prescribir el uso de IBP solos o en combinación con antiácidos.3 También se pueden usar en combinación con ciertos antibióticos cuando se trata Helicobacter pylori (una bacteria comúnmente asociada con úlceras de estómago recurrentes).
Los IBP funcionan uniéndose a una célula de la pared del estómago llamada célula parietal, cuyo propósito es producir ácido clorhídrico (HCL). Al hacerlo, el estómago es menos capaz de secretar HCL, lo que permite que las úlceras sanen y el reflujo disminuya.
Los PPI se diferencian de los bloqueadores H2 en que los PPI apagan las bombas de ácido, mientras que los bloqueadores H2 solo bloquean la señal que desencadena la producción de ácido. Debido a esto, los IBP funcionan hasta por 24 horas y brindan alivio hasta por 72 horas. Los bloqueadores H2, por el contrario, funcionan durante 12 horas.
Tipos de inhibidores de la bomba de protones
En términos generales, un PPI no difiere mucho de los demás. Todos tienen mecanismos de acción similares y tasas de eficacia similares. Los IBP actualmente aprobados incluyen: 6
- Prilosec (omeprazol)
- Prevacid (lansoprazol)
- Protonix (pantoprazol)
- Aciphex (rabeprazol)
- Nexium (esomeprazol)
- Dexilante (dexlansoprazol)
Es importante hablar con su médico para asegurarse de que el uso de un PPI sea apropiado.
Efectos secundarios e interacciones
Cuando se toma a corto plazo, la mayoría de los efectos secundarios asociados con el uso de IBP son leves y transitorios. Los más comunes incluyen estreñimiento, diarrea, flatulencia, dolor de cabeza, malestar estomacal, náuseas y vómitos.
La creciente evidencia sugiere que el uso prolongado puede resultar en problemas más serios. Entre ellos:
- Se ha sugerido que el uso de IBP puede interferir con la absorción de calcio, provocando fracturas óseas en ciertos casos. En respuesta, la Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU. Emitió advertencias en 2011 advirtiendo que los IBP de venta libre no deben usarse durante más de dos semanas a la vez para hasta tres tratamientos por año.8
- El uso prolongado de IBP también se ha asociado con un ligero aumento en el riesgo de neumonía adquirida en la comunidad e infección por Clostridium difficile.2
- Un estudio reciente muestra entre un 20% y un 50% más de riesgo de enfermedad renal crónica en los usuarios de IBP9.
- Un estudio similar sugirió que las personas que tomaban IBP regularmente tenían un 44% más de riesgo de demencia.10
Los resultados de la investigación destacan el hecho de que los IBP solo deben usarse para el alivio o el tratamiento a corto plazo y no como un medio para prevenir enfermedades gástricas a largo plazo.
Muchos de estos efectos adversos parecen estar relacionados con el hecho de que los IBP no solo desactivan las bombas de ácido en el estómago, sino también en el resto del cuerpo. Esto incluye la parte de una célula llamada lisosoma que usa ácido para eliminar los desechos. Sin los medios para hacerlo, los desechos pueden acumularse y hacer que la célula se deteriore y envejezca. Este fenómeno puede explicar los aumentos observados en los estudios11.