Los trasplantes de células madre no mielosupresores, o minitrasplantes, son un tipo relativamente nuevo de trasplante alogénico de células madre periféricas que no requieren la ablación (extirpación) de la médula ósea al grado de los trasplantes tradicionales de células madre. También se denominan trasplantes alogénicos de intensidad reducida.
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En los trasplantes tradicionales de células madre, los pacientes reciben dosis extremadamente altas de quimioterapia, con o sin radiación, para eliminar o extirpar la médula. Luego, se les administra una infusión de células madre del donante para reactivar la producción de células sanguíneas y la inmunidad.
Es posible que las dosis intensivas de quimioterapia y radiación administradas en los trasplantes de células madre tradicionales no sean lo único responsable de su éxito en la remisión del cáncer. Los trasplantes de células madre no mielosupresores utilizan dosis mucho más pequeñas de quimioterapia para lograr un resultado positivo.
Injerto contra malignidad
El principio detrás del éxito potencial de este tipo de trasplante se llama efecto injerto contra malignidad (GVM), injerto contra tumor o injerto contra leucemia. Una vez que las células madre del donante se infunden en el receptor, el nuevo sistema inmunológico reconoce que las células cancerosas restantes son anormales y las destruye.
Diferencia de los trasplantes de células madre mieloablativas
Los trasplantes no mieloablativos difieren principalmente en lo que sucede antes del trasplante. En comparación con los trasplantes mielosupresores, los minitrasplantes utilizan dosis mucho más bajas y menos tóxicas de quimioterapia y radiación, seguidas de la infusión de células madre del donante. Este proceso aprovecha el efecto del injerto frente a la malignidad y, al mismo tiempo, es menos tóxico para el receptor.
Al igual que con los trasplantes tradicionales de células madre, los minitrasplantes también conllevan el riesgo de enfermedad injerto contra huésped, en la que las células trasplantadas ven sus células como extrañas y atacan.1
Usos
Este tipo de trasplante puede ser una buena opción para los pacientes de mayor edad o que tienen otras afecciones médicas que los harían incapaces de tolerar los efectos tóxicos de la quimioterapia de los trasplantes regulares.
El trasplante de células madre no mieloablativo también puede tener una función en el tratamiento de pacientes que están en remisión con cáncer de alto riesgo, como leucemia mielógena aguda, o que han tenido una recaída después de un trasplante de células madre anterior.
Los investigadores también están analizando el éxito del trasplante de células madre no mieloablativas en pacientes con cánceres de tumores sólidos, como mama y riñón, así como otras afecciones médicas como la esclerosis múltiple.
Dado que las células donadas tardan un tiempo en madurar, estos trasplantes generalmente no se usan cuando el cáncer se encuentra en sus etapas más avanzadas.
Eficacia
Los trasplantes no mieloablativos se han utilizado para tratar diferentes tipos de cánceres de la sangre, incluidos el linfoma de Hodgkin y no Hodgkin, el mieloma y la leucemia. Las tasas de respuesta han variado en los estudios.
Este es un procedimiento muy nuevo, y el primero se realizó hace menos de 20 años, por lo que existe una limitada investigación a largo plazo disponible sobre los beneficios y riesgos asociados con este tipo de trasplante. Sin embargo, los prometedores resultados iniciales dan esperanza a los pacientes que de otra manera no podrían recibir un trasplante de células madre, especialmente aquellos entre las edades de 50 y 75 años.