La enfermedad de Parkinson generalmente se considera una enfermedad de mediana edad tardía con una edad promedio de aparición en torno a los 60 años. Hay casos de enfermedad de Parkinson de "inicio temprano", pero solo un pequeño porcentaje de personas menores de 50 años, alrededor del 5 al 10 por ciento, desarrollará esta condición de salud antes.
Se desconoce la causa de la enfermedad. Si bien algunas pruebas apuntan a la genética, la mayoría de los pacientes no tienen ninguna anomalía genética conocida. Ciertos estudios indican que los factores ambientales pueden desencadenar la enfermedad en personas con susceptibilidad genética. Estos factores incluyen la exposición a pesticidas y herbicidas, especialmente para quienes viven en un área rural, beben agua de un pozo privado o trabajan en una granja o como soldador. Pero incluso estos estudios no son concluyentes.
Síntomas de la enfermedad de Parkinson
Puede atribuir los síntomas del Parkinson a una deficiencia de una sustancia química en su cerebro llamada dopamina. Los cuatro síntomas motores clásicos del Parkinson incluyen:
- Temblores y temblores
- Músculos inusualmente rígidos o rígidos en su cara, cuello, piernas u otros músculos
- Dificultad para mantener el equilibrio.
Los temblores y temblores mientras descansa es típicamente el primer signo de la enfermedad de Parkinson, pero alrededor de un tercio de los pacientes no experimentarán esos síntomas. Estos síntomas tienden a empeorar por el estrés emocional y físico. Dormir o moverse puede ayudar a reducir estos
La enfermedad de Parkinson es crónica y progresiva y los síntomas generalmente empeoran a medida que pasa el tiempo. A medida que avanza, se pueden desarrollar otras discapacidades, que incluyen:
- Dificultad para hablar y tragar
- Disminución de la destreza y la coordinación, lo que dificulta la realización de las actividades diarias, como vestirse.
Algunos pacientes también tienen síntomas que no afectan sus habilidades motoras, que incluyen:
- Problemas de salud mental como ansiedad, depresión y pérdida de memoria.
- Pérdida del olfato
- Dificultad para dormir, incluidos golpes y otros movimientos repentinos
- Cambio en la presión arterial
Algunas opciones de tratamiento para la enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson no tiene cura, pero existen opciones de tratamiento para controlar sus síntomas y mejorar su calidad de vida, que incluyen:
- Medicamento. Levodopa (sinemet) y otros medicamentos, que intentan estimular la dopamina (la sustancia química baja en su cerebro). Hay varios medicamentos que pueden usarse solos o en combinación. Aunque muchos de esos medicamentos pueden ayudarlo a controlar significativamente sus síntomas motores (lentitud, temblor, rigidez), también puede experimentar efectos secundarios y una disminución de la eficacia con el tiempo.
- La terapia física, ocupacional y del habla suele ser parte de su plan de tratamiento y puede mejorar su equilibrio, movilidad, capacidad para realizar las tareas diarias y el habla.
- La estimulación cerebral profunda es una cirugía realizada por un neurocirujano, y en pacientes indicados puede ayudar con los síntomas motores, aunque no mejoran los síntomas no motores, como caídas, estreñimiento, hipotensión e incontinencia.
- El Tai Chi es un arte marcial chino que puede ayudar a los pacientes a recuperar algo de su equilibrio y fuerza, así como a disminuir el riesgo de caídas. El baile, como el Zumba, también puede ayudar, al igual que el uso de una bicicleta estática y el boxeo firme como una roca.
Muchas opciones de tratamiento para la enfermedad de Parkinson son más efectivas cuando se usan junto con otras, como tomar medicamentos y hacer fisioterapia.
Posibles factores de reducción de riesgos
Si bien la edad, la genética y ser hombre aumentan las probabilidades de que desarrolle la enfermedad de Parkinson, algunos factores la hacen menos probable. En general, se cree que los estadounidenses de origen asiático y los afroamericanos parecen tener un riesgo menor de desarrollar Parkinson en comparación con los caucásicos. Beber café puede reducir el riesgo, ya que un estudio de 30 años de hombres japoneses-estadounidenses descubrió que cuanto mayor era la cantidad de café que bebían, menor era el riesgo de contraer la enfermedad de Parkinson.