La cara enmascarada (también conocida como hipomimia) es la pérdida de expresiones faciales más comúnmente asociada con la enfermedad de Parkinson. Se llama así porque la condición le da a la persona afectada una expresión fija, similar a una máscara.
En la enfermedad de Parkinson, el enmascaramiento puede desarrollarse a medida que la pérdida progresiva del control motor se extiende a los músculos faciales al igual que a otras partes del cuerpo. Las facies enmascaradas pueden complicar una situación ya difícil, alienando a conocidos que pueden sentirse desanimados o perturbados por la aparente falta de respuesta emocional.
El enmascaramiento facial también puede ocurrir con ciertos trastornos psiquiátricos o psicológicos, pero, en estos casos, la causa no está relacionada con la pérdida de control muscular sino más bien con un embotamiento emocional (a veces denominado exhibición de afecto reducido o, en el caso de la esquizofrenia, el efecto plano). Lo mismo puede ocurrir con ciertos medicamentos que pueden mitigar significativamente la respuesta emocional de una persona.
Como tal, tendemos a usar el término hipomimia para describir el enmascaramiento facial dentro del contexto de la enfermedad de Parkinson. Sugiere la pérdida real del control motor más bien una manifestación física de embotamiento emocional.
Facies enmascaradas en la enfermedad de Parkinson
Es fácil para la mayoría de nosotros entender por qué tener un rostro inexpresivo puede ser traumático. Los seres humanos se comunican no solo a través de palabras, sino a través de cambios sutiles y rápidos en la expresión facial. Una persona que no sea capaz de transmitir estas emociones facialmente se perderá, ya que otros pueden descartar o malinterpretar las palabras cuando las expresiones no coinciden.
La cara enmascarada es sintomática de la naturaleza degenerativa de la enfermedad de Parkinson. La característica distintiva de la enfermedad es la pérdida progresiva del control motor y no solo de las extremidades principales, sino también del movimiento muscular más fino de las manos, la boca, la lengua y la cara.
La hipomimia puede afectar tanto los movimientos faciales voluntarios (como una sonrisa) como los involuntarios (como ocurre cuando una persona se sobresalta). También hay grados del efecto que el médico usa para ayudar a rastrear la progresión del trastorno: 3
- El 0 - Expresión facial normal
- The 1 - Ligera hipomimia, cara de póquer
- El 2 - Pérdida (disminución) leve pero definitivamente anormal del movimiento facial
- El 3 - Pérdida moderada que está presente la mayor parte del tiempo.
- La 4 - Pérdida marcada que está presente la mayor parte del tiempo.
Terapia para facies enmascaradas
La expresión facial importa. Las investigaciones han demostrado que la calidad de vida es mejor en las personas con Parkinson que se han sometido a terapia para mejorar el control facial que en las que no. Por lo general, exige un programa intensivo guiado por un terapeuta que inicialmente se enfocaría en movimientos faciales más amplios, como levantar las cejas, estirar la boca o fruncir la cara.
Algunos utilizan una técnica llamada tratamiento de la voz de Lee Silverman (LSVT) para ayudar a las personas con Parkinson a hablar más alto y claro.1 Emplea ejercicios de articulación que son similares a las técnicas de actuación escénica en las que se enseña a una persona a proyectar y representar una "conducta de habla " por:
- Enderezar el
- Mirar a una persona directamente a la cara
- Manteniendo la barbilla levantada
- Respira hondo antes de hablar.
- Centrarse en sonidos grandes y fuertes y frases cortas y lentas
La técnica LSVT y enfoques de rehabilitación similares (como el canto en coro o la amplificación de voz) han demostrado ser valiosos para ayudar a las personas con Parkinson a segregar y controlar músculos faciales específicos de manera más efectiva cuando se comunican en grupos o uno a uno.