La anemia en el embarazo es una disminución del total de glóbulos rojos o hemoglobina en la sangre durante el embarazo o en el período posterior al embarazo. La forma más común de anemia es causada por la falta de hierro. La deficiencia de hierro es la deficiencia nutricional más común y la principal causa de anemia en los Estados Unidos.1
Muchas personas pueden obtener todo el hierro que necesitan con una dieta equilibrada y suplementos, pero si padece alguna de las siguientes afecciones crónicas, es posible que tenga un mayor riesgo de desarrollar anemia: 1
- Artritis reumatoide u otras enfermedades autoinmunes
- Nefropatía
- Cáncer
- Enfermedad del higado
- Enfermedad de tiroides
- Enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa)
La anemia puede afectar su fertilidad y su embarazo y puede afectar la recuperación posnatal. La anemia grave que no se trata durante el embarazo puede aumentar el riesgo de complicaciones, incluido el parto prematuro. Es por eso que es vital que asista a todas sus citas prenatales y se asegure de que su sangre sea analizada regularmente para detectar anemia.
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Anemia y fertilidad
Parece haber un vínculo entre los niveles de hierro y la fertilidad. Un estudio a largo plazo, de más de 18,000 personas con útero, mostró que la suplementación con hierro pareció disminuir el riesgo de infertilidad ovulatoria (una incapacidad para producir óvulos saludables para la producción de bebés) en comparación con aquellos que no lo hicieron.
Tomar una vitamina prenatal una vez al día es una manera fácil de complementar una dieta saludable con vitaminas y minerales esenciales para una producción suficiente de glóbulos rojos. Es ideal comenzar con una vitamina prenatal dos o tres meses antes de intentar concebir.
Anemia y gestación
Se pueden desarrollar varios tipos de anemia durante el embarazo. Estos incluyen: 3
- Anemia por deficiencia de hierro: ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente hierro para producir cantidades adecuadas de hemoglobina, una proteína en los glóbulos rojos. Es el tipo más común de anemia relacionada con el embarazo.
- Anemia por deficiencia de folato: el folato es una vitamina que se encuentra naturalmente en ciertos alimentos como las verduras de hoja verde. Una deficiencia de folato puede contribuir directamente a ciertos tipos de defectos congénitos, como anomalías del tubo neural (espina bífida) y bajo peso al nacer.
- Deficiencia de vitamina B12: el cuerpo necesita vitamina B12 para formar glóbulos rojos sanos. Las personas embarazadas que no comen carne, aves, productos lácteos ni huevos tienen un mayor riesgo de desarrollar una deficiencia de vitamina B12, lo que podría provocar un parto prematuro.
Durante el embarazo, su cuerpo produce entre un 20% y un 30% más de sangre para apoyar el crecimiento de su bebé.4 Si no obtiene suficiente hierro a través de su dieta o suplementos nutricionales, es posible que su cuerpo no pueda producir la cantidad de rojo células sanguíneas que necesita para producir esta sangre adicional y usted puede volverse anémico.
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés) recomienda que las personas embarazadas necesiten el doble de hierro que una persona no embarazada para suministrar oxígeno a la ingesta fetal de 27 miligramos (mg) de hierro al día.4
Prevalencia de anemia en el embarazo
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de anemia en embarazadas (de 15 a 49 años) que viven en Estados Unidos fue del 11,5% en 2019.5
Factores de riesgo
Es posible que tenga un mayor riesgo de desarrollar anemia durante su embarazo si: 6
- Está embarazada de múltiples
- Tener dos o más embarazos en rápida sucesión.
- No está comiendo suficientes alimentos ricos en hierro.
- Experimentó períodos abundantes antes de quedar embarazada
- Tiene vómitos habituales como resultado de las náuseas matutinas.
Complicaciones
Si la anemia no se trata durante el embarazo, puede volverse grave. La anemia grave no tratada, especialmente durante los dos primeros trimestres, puede aumentar el riesgo de: 7
- Crecimiento fetal deficiente
- Parto prematuro
- Necesidad de una transfusión de sangre durante el parto8
- Depresión posparto9
Tratamiento
En la mayoría de los casos, el tratamiento para la anemia inducida por el embarazo es simple: más hierro. Su proveedor de atención médica puede recetarle un suplemento de hierro diario para tomar además de su vitamina prenatal. Otras formas de optimizar su ingesta de hierro incluyen:
- Consumir alimentos que contienen hierro: los alimentos ricos en hierro incluyen carne magra y pollo, frijoles y verduras de hoja oscura.
- Ingerir alimentos que ayuden a su cuerpo a absorber el hierro: las opciones incluyen jugo de naranja, fresas, brócoli u otras frutas y verduras con vitamina C.
- Elección de alimentos saludables: la mayoría de las personas que eligen alimentos saludables y equilibrados obtienen el hierro y las vitaminas que su cuerpo necesita de los alimentos que ingieren.
- Evitar tomar café o té con las comidas: estas bebidas dificultan que su cuerpo absorba el hierro.
Dado que el tratamiento depende de la causa, es importante hablar con su médico sobre sus necesidades particulares. Si su anemia se debe a una deficiencia de vitaminas o una enfermedad, es posible que necesite otros tratamientos para abordar la enfermedad subyacente.
Tratamiento para la anemia severa
La terapia con hierro intravenoso (IV) debe ser la primera opción en presencia de anemia severa porque la terapia IV es más efectiva y rápida que la terapia oral para resolver la anemia.
Acerca de los síntomas
Si bien los casos leves de anemia pueden no presentar ningún síntoma, los casos moderados a graves pueden presentarse con los siguientes síntomas: 11
- Fatiga o debilidad excesiva
- Piel pálida
- Dificultad para respirar, palpitaciones del corazón o dolor en el pecho
- Aturdimiento
- Manos o pies fríos
- Pica (antojos de alimentos no comestibles como tierra, arcilla o maicena)
Puede experimentar todos o ninguno de estos síntomas si tiene anemia durante el embarazo.
Anemia y posparto
Algunas personas embarazadas aún pueden experimentar anemia después del parto. Esto generalmente se debe a una ingesta inadecuada de hierro durante el embarazo y a la pérdida de sangre durante el parto.12
El sangrado que excede las pérdidas sanguíneas normales de aproximadamente 300 mililitros (ml) puede conducir a un rápido agotamiento de las reservas corporales de hierro y, a menos que se trate, puede causar deficiencia de hierro en el período posparto.13
Puede amamantar mientras está anémica, y tomar suplementos de hierro mientras amamanta no representa ningún daño para su bebé. Pero si la anemia posparto no se trata, puede asociarse con un suministro de leche insuficiente y con el cese temprano de la lactancia.14
La anemia posparto también puede aumentar los síntomas relacionados con la ansiedad, el estrés y la depresión.10
Monitoreo del hierro durante el período posparto
Debido a los riesgos continuos en el período posparto, su médico la evaluará para detectar anemia, especialmente si tuvo una pérdida excesiva de sangre durante el parto o tuvo anemia durante el embarazo. La anemia severa después del parto a veces puede requerir hierro intravenoso o una transfusión de sangre.
Una palabra de Verywell
Si bien no todos los casos de anemia durante el embarazo se pueden prevenir, consumir suficiente hierro en la dieta es de gran ayuda para evitar la afección.
Siga una dieta completa, tome vitaminas prenatales y hable con su proveedor de atención médica si tiene síntomas de anemia. Las implicaciones de la anemia no tratada pueden ser graves para usted y su bebé, así que busque atención médica si cree que puede estar anémica.
Si tiene riesgo de anemia, su médico debe guiarla a través de todos los pasos para controlar esta afección antes del embarazo, durante el embarazo y en el período posparto.