El lóbulo frontal es un lóbulo del cerebro relativamente grande, que se extiende desde la parte frontal del cerebro casi hasta la mitad hacia la parte posterior del cerebro. El daño al lóbulo frontal del cerebro puede causar una variedad de síntomas, que incluyen debilidad motora y problemas de comportamiento. Una variedad de afecciones pueden dañar el lóbulo frontal, incluidos derrames cerebrales, traumatismos craneales y
Alex Dos Díaz / Verywell
Anatomía y función del lóbulo frontal
El cerebro tiene dos hemisferios, el izquierdo y el derecho, que se dividen en tres secciones: el prosencéfalo, el mesencéfalo y el rombencéfalo. La diferenciación de estas partes separadas ocurre durante el desarrollo fetal. Cada uno tiene funciones específicas:
- El rombencéfalo controla la respiración y la frecuencia cardíaca.
- El mesencéfalo controla las acciones reflejas como el movimiento de los ojos.
- El prosencéfalo controla las percepciones y respuestas emocionales, los movimientos involuntarios, los patrones de sueño, la memoria y la capacidad organizativa.
El prosencéfalo finalmente se convierte en el cerebro, cuya capa externa se llama corteza cerebral. El lóbulo frontal es uno de los cuatro lóbulos de la corteza cerebral, que también incluye el lóbulo temporal, el lóbulo parietal y el lóbulo occipital.
Cada una de estas regiones lleva a cabo funciones específicas, y el daño a cualquiera de estos lóbulos da como resultado el deterioro correspondiente.
Los lóbulos frontales son relativamente grandes en comparación con otras regiones del cerebro, y las amplias funciones controladas por el lóbulo frontal se reflejan en su tamaño proporcional.
Habilidades sociales y emocionales
El lóbulo frontal juega un papel sustancial en la toma de decisiones, el autocontrol y la regulación emocional, proporcionando la capacidad de comportarse de manera apropiada en situaciones interpersonales y de regular el comportamiento de una manera socialmente aceptable.
Habilidades cognitivas
El lóbulo frontal también integra las habilidades de pensamiento al mantener la atención, el pensamiento de alto nivel y la resolución de problemas. Se cree que los grandes lóbulos frontales de los humanos son responsables del pensamiento avanzado y la innovación, así como de la capacidad de imaginar situaciones.
Función motora
Existen algunas diferencias entre los lóbulos frontales derecho e izquierdo. La parte posterior del lóbulo frontal es una región llamada banda motora, que controla y dirige los movimientos físicos voluntarios (intencionados) del cuerpo. La banda del motor izquierdo controla los movimientos del lado derecho del cuerpo, mientras que la banda del motor derecho controla los movimientos del lado izquierdo del cuerpo.
Lenguaje y espacial
También hay funciones que están controladas predominantemente por el lóbulo frontal izquierdo o el lóbulo frontal derecho. Junto con los lóbulos parietal y temporal vecinos, el lóbulo frontal dominante (generalmente el lado izquierdo) está involucrado en el lenguaje, el pensamiento racional, cuantitativo y lógico y el razonamiento analítico.
El lóbulo frontal derecho está involucrado con creatividad, imaginación, intuición, curiosidad, habilidad musical y artística.
Síntomas de daño del lóbulo frontal
Los síntomas de daño al lóbulo frontal pueden variar debido a que los lóbulos frontales llevan a cabo muchas funciones. Estos síntomas pueden incluir uno o más de los siguientes:
- Debilidad en un lado del cuerpo o en un lado de la cara.
- Descendente
- Incapacidad para resolver problemas u organizar tareas.
- Creatividad reducida
- Alteración de juicio
- Reducción del sentido del gusto u olfato.
- Depresión
- Cambios de comportamiento
- Baja motivación
- Capacidad de atención baja, se distrae fácilmente1
- Interés sexual reducido o aumentado o hábitos sexuales peculiares
- Comportamiento impulsivo o de riesgo
Causas
El daño al lóbulo frontal generalmente es causado por una enfermedad degenerativa (que empeora) o un derrame cerebral, y existen otras afecciones menos comunes que también afectan los lóbulos frontales.
Demencia
La segunda causa más común de demencia en personas menores de 65 años es la demencia frontotemporal (FTD), un grupo de trastornos que afectan los lóbulos frontales y temporales del cerebro.2 Las personas con FTD generalmente presentan cambios de comportamiento y personalidad y / o afasia (lenguaje dificultades).
La FTD también se puede observar durante el curso de la enfermedad de Alzheimer (particularmente en un subconjunto de pacientes con una variante frontal) y en pacientes con demencia con cuerpos de Lewy.
A medida que las neuronas de los lóbulos frontal y temporal se atrofian (encogen) con el tiempo, se desarrollan dificultades para pensar, controlar las emociones, incapacidad para organizarse, problemas para comunicarse y un comportamiento inusual.
Carrera
Los accidentes cerebrovasculares y los ataques isquémicos transitorios (AIT) también pueden afectar la función del lóbulo frontal. Cuando el flujo sanguíneo a través de uno o más de los vasos sanguíneos que suministran sangre a un área del lóbulo frontal se interrumpe o sangra, la región correspondiente del cerebro sufre y no puede funcionar como debería.
La demencia vascular, a menudo provocada por el efecto acumulativo de varios accidentes cerebrovasculares pequeños, es la causa más común de deterioro del lóbulo frontal. Se cree que está indisolublemente ligado a la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neurodegenerativos.
Otras causas
Otras causas de daño o lesión en el lóbulo frontal pueden incluir las siguientes:
- Enfermedad de Huntington
- Parálisis cerebral
- Parkinson
- Tumores cerebrales
- Infecciones
- Lesión cerebral traumática4
Diagnóstico
Una tomografía computarizada (TC) o una imagen por resonancia magnética (IRM) del cerebro pueden detectar un accidente cerebrovascular en el lóbulo frontal y posiblemente una infección. Sin embargo, cuando hay otra causa, como la demencia o una conmoción cerebral, una prueba de imágenes del cerebro a menudo muestra atrofia o puede que no detecte el daño del lóbulo frontal en absoluto.
En términos generales, una resonancia magnética y una tomografía computarizada son igualmente efectivas para diagnosticar la demencia vascular. La única excepción son los casos de hemorragia cerebral crónica en los que las resonancias magnéticas pueden ser superiores5.
Para evaluar su daño en el lóbulo frontal, su médico podría enviarlo para una prueba de conmoción cerebral o una evaluación neuropsicológica completa. Las pruebas involucran habilidades del habla, habilidades motoras, comportamiento social, espontaneidad, control de impulsos, memoria, resolución de problemas y lenguaje.
Tratamiento
El tratamiento del daño del lóbulo frontal puede incluir varias estrategias, según la causa. Por ejemplo, una infección puede tratarse con antibióticos y los tumores cerebrales pueden extirparse quirúrgicamente o tratarse con quimioterapia o radiación.
Las enfermedades degenerativas, como la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington y la demencia, generalmente se tratan sintomáticamente, pero, en este momento, es poco lo que se puede hacer para evitar que las afecciones empeoren.
Rehabilitación
Cuando el daño del lóbulo frontal se manifiesta como debilidad motora, la rehabilitación puede ayudarlo a optimizar su función motora existente. La rehabilitación implica fortalecer y optimizar sus habilidades motoras existentes.
Terapia cognitiva y conductual
La rehabilitación es más desafiante para los déficits cognitivos y sociales, y el enfoque de la terapia cognitiva y conductual enfatiza la regulación de las emociones y la reducción del comportamiento impulsivo.
Una palabra de Verywell
Ciertamente, cualquier tipo de daño cerebral puede causar mucho estrés. Ya sea que usted o un ser querido haya sufrido daños en el lóbulo frontal, debe tener en cuenta que las personas pueden experimentar cierto grado de recuperación, según la causa del daño.
Los déficits conductuales y cognitivos pueden causar mucha angustia y, a menudo, interferir con las relaciones saludables. Si usted o un ser querido vive con una discapacidad del lóbulo frontal, puede ser útil comprender los síntomas y adaptar sus expectativas.
A veces, tomarse el tiempo para explicar pacientemente por qué ciertos comportamientos no son apropiados puede ayudar y, a veces, la paciencia no ayuda y la aceptación puede ser la única opción.